Titán
Miguel
García Guerrero
Por
primera vez el ser humano ha hecho llegar un dispositivo de exploración
hasta la superficie de un satélite perteneciente a otro planeta
de nuestro Sistema Solar: Titán, el cuerpo más grande
que orbita a Saturno. El “aterrizaje” de la pequeña
sonda europea Huygens se ha convertido en uno de los mayores triunfos
de la astronáutica del Viejo Continente. Científicos e
ingenieros han conseguido sorprendentes y espectaculares resultados
en una misión de riesgo considerable
El
pasado 14 de enero la sonda Huygens, enviada por la Agencia Espacial
Europea (en un esfuerzo conjunto con la NASA), “aterrizó”
en la superficie de Titán con la misión de recabar información
sobre este satélite y las posibilidades que presenta de albergar
vida.
Titán es uno de los únicos tres cuerpos de nuestro Sistema
Solar que cuentan con atmósfera; siendo los otros Tritón,
luna de Neptuno, y la Tierra. De hecho su atmósfera es más
densa que la de nuestro planeta.
Este satélite, que orbita a Saturno a una distancia de 1.2 millones
de kilómetros, tiene un radio de 2575 km. (0.4 veces el de la
Tierra) y una masa de 1.35 X 1023 kg. (0.025 veces la de la Tierra).
De
acuerdo con el boletín de prensa de la Agencia Espacial Europea,
“no faltaban motivos para la investigación de Titán.
Aparte de ser la luna más grande de Saturno y de tener unas temperaturas
que alcanzan los -180 grados C, ¿qué tiene este satélite
que atraiga tanto el interés de los científicos? Por una
parte, su atmósfera, muy densa, cuyo origen todavía no
se conoce y que consistente principalmente en nitrógeno. Además,
dicha atmósfera es rica en componentes orgánicos que están
en constante reacción. En particular, existe un pequeño
porcentaje de metano que está continuamente siendo suministrado
en la atmósfera de Titán por medio de un mecanismo que
es todo un misterio hasta la fecha. Las grandes nubes anaranjadas debidas
a la bruma orgánica son tan opacas, que la superficie sólo
se puede ver con rayos infrarrojos.
Esta
bruma se crea cuando la luz solar y los rayos cósmicos descomponen
el metano de la atmósfera, produciendo complejos compuestos orgánicos
que se van depositando en la superficie y acumulándose con el
tiempo. Esto sugiere la presencia de un ciclo atmosférico primigenio
parecido a los que hubo en la Tierra hace unos 3.800 millones de años,
cuando estaba en plena formación. Los científicos especulan
que tal vez existan lagos e incluso océanos compuestos de una
mezcla de etano, metano y nitrógeno en estado líquido,
debido a que la presión y la temperatura en la superficie son
suficientes para licuar estos gases naturales. En definitiva ésta
es una luna del tamaño de un planeta, que está vivo, en
constante evolución y con una atmósfera única que
posee similitudes paralelas a la terrestre”.
Hasta ahora la información recibida ha confirmado una gran presencia
de metano líquido, sustancia que en nuestro planeta se presenta
de manera gaseosa. Las imágenes tomadas durante el descenso de
la sonda de 340 kg. muestran una gran actividad de lluvia, profundos
ríos y grandes reservas de esta sustancia, que parecieran un
análogo de lo que en la Tierra representa el agua.
Sin
embargo, existe una diferencia fundamental; en lugar de que se renueve
a si mismo continuamente como el agua, el metano es destruido por la
luz ultravioleta.
Así pues, debe de existir otra fuente capaz de proveer el metano
en grandes cantidades. Los científicos creen que esta fuente
puede ser un proceso llamado serpentinisación, desarrollado en
el interior de Titán, que es básicamente la reacción
entre agua y rocas a temperaturas de entre 100 y 400 grados centígrados.
El metano se produce frecuentemente en la Tierra a partir de procesos
biológicos, sin embargo esta posibilidad ha sido descartada por
los científicos para el satélite de Saturno.
A pesar de que la impresionante cantidad de información provista
por la Huygens nos da a conocer que Titán cuenta con las sustancias
necesarias para la vida, como nitrógeno, metano y agua, las proporciones
no son las adecuadas para que ésta se presente.
Por mucho tiempo Titán ha representado una fuerte inspiración
para escritores de ciencia ficción, encaminados a vida extraterrestre,
ya que es de los lugares más favorables para la presencia de
vida dentro de nuestro Sistema Solar.
De hecho esta exploración representa una excelente oportunidad
de hacernos una buena idea de las condiciones predominantes en la Tierra
antes de la aparición de la vida.
La sonda fue llevada al espacio por la nave espacial Cassini, que partió
de Cabo Cañaveral en 1997, con el objetivo de explorar Saturno
y sus lunas. La misión ha implicado un gasto de 3,300 millones
de dólares.
“Europa
decidió aprovechar el viaje de la sonda americana Cassini hacia
Saturno para incluir una pequeña subsonda que intentase descender
a través de la atmósfera de Titán para analizarla.
Si había suerte, el vehículo podría incluso posarse
sobre la superficie, ya fuera sólida o líquida, y seguir
operando durante un tiempo, hasta el agotamiento de sus baterías.
Construida
por la empresa Alcatel Space con participación de numerosos grupos
industriales y científicos, europeos e internacionales, la Huygens
se encontró por fin en ruta hacia Saturno, adosada a la Cassini.
Poco después del lanzamiento, se descubrió un problema
en las comunicaciones entre ambos vehículos que podría
limitar el envío de la información obtenida por la Huygens.
Trabajando duramente, los ingenieros encontraron la solución
mediante cambios importantes en las fechas de liberación del
vehículo y otras mejoras. El pasado 25 de diciembre, la Huygens
fue expulsada como estaba previsto por la Cassini, en ruta de colisión
hacia Titán. A partir de entonces, la acción principal
pasaba a manos del vehículo europeo.”
El
nombre de la sonda fue elegido en honor al científico holandés
Christiaan Huygens, quien en el siglo XVII perfeccionó el telescopio,
cosa que le permitió, descubrir además de los anillos
de Saturno, a Titán.
En su célebre libro «Tratado de la luz» desarrolló
la teoría ondulatoria de la luz, con la que explicaba la reflexión
y refracción. Este texto desató un famoso debate con la
visión newtoniana que proponía una teoría corpuscular
de la luz.
|