Dimensiones
Desconocidas
Miguel
García Guerrero
Es
prácticamente un acuerdo generalizado el hecho de que vivimos
en un universo tridimensional, al menos en lo que se refiere al espacio.
Estas dimensiones en las que nuestra vida se desenvuelve normalmente
las percibimos como derecha-izquierda, arriba-abajo, adelante-atrás.
Podríamos decir que son las dimensiones conocidas.
El desarrollo no sólo de nuestra vida cotidiana sino incluso
de la experimentación científica aún no ha dado
pruebas de un mayor número de dimensiones espaciales y es que,
seamos cínicos, si éste artículo lleva el título
que lleva por obligación debe hablar de dimensiones ajenas a
las que conocemos. Y así es, sólo que antes de dedicarnos
al qué, porqué, cómo y dónde de las Dimensiones
Desconocidas, revisemos un poco el camino que conduce a ellas.
Nuestro recorrido inicia a finales del siglo XIX, la física se
encuentra en una etapa "soñada" en que la mecánica
newtoniana, las leyes de la termodinámica, de la luz y las recientemente
descubiertas ecuaciones de Maxwell pueden describir con gran exactitud
la inmensa mayoría de los fenómenos observados por el
hombre. Se cree que se está al borde de conocer todos los principios
de funcionamiento del Universo físico.
Es en esta misma época que, en dos frentes distintos, se rompe
el encanto:
Por un lado se descubre que el átomo, esa unidad primordial e
indivisible no es tal; sino que se descubre que contiene dentro de sí
un núcleo, lo que posteriormente lleva a saber que está
compuesto de protones, neutrones y electrones. Por las mismas fechas
se descubre que, contrario a lo que se pensaba, la energía no
es continua sino que cambia a asaltos.
Lo anterior se convierte en la piedra angular de lo que posteriormente
se edificó como la Mecánica Cuántica, precisa descripción
de la física de lo muy pequeño y que se caracteriza por
predecir los fenómenos en términos de probabilidad y no
de una certeza, como solía ser la física. Otro aspecto
curioso de esta teoría es que choca por completo con los fenómenos
observados en nuestra vida cotidiana: por ejemplo señala que
toda la materia es al mismo tiempo onda y partícula.
En el segundo frente, de manera casi paralela, surge el más grande
genio de nuestro tiempo: Albert Einstein, formulando sus teorías
Especial y General de la relatividad. En la primera afirmando que todo
es relativo dependiendo del marco de referencia con el que se observe,
excepto la velocidad de la luz que mantendrá siempre constante
su velocidad de 298,000 kilómetros por segundo. En la segunda
muestra como las grandes masas (planetas, estrellas, cúmulos,
etc.) curvan el espacio con su fuerza de gravedad. Por primera vez plantea
el tiempo como una dimensión más. La teoría de
Einstein describe situaciones macroscópicas, es la física
de lo muy grande.
Estas teorías revolucionaron por completo la visión que
el hombre tenía del Universo, mostraron que no todo es lo que
parece y lo comprobaron con gran exactitud en sus respectivos campos
de acción. Sólo existía un problema, son totalmente
incompatibles una con la otra. Aplicar una en el campo de la otra nos
conduce a enormes fiascos.
Es para las mismas fechas en que estas teorías estaban siendo
redondeadas que aparece en escena el padre de las dimensiones múltiples,
o al menos de la idea de estas: Theodor Kaluza.
Kaluza,
matemático polaco, propone en 1919 un Universo de 4 dimensiones
espaciales. Posteriormente Oskar Klein especificó que si no podemos
ver la dimensión extra es porque se trata de una dimensión
microscópica que se encuentra enrollada. A la teoría que
supone la existencia de dimensiones extra se le conoce como Teoría
Kaluza-Klein.
Lo que originalmente parecía absurdo e inimaginable, se convirtió
en una idea muy intrigante cuando logró obtener las ecuaciones
de la Teoría Electromagnética de Maxwell aplicando las
4 dimensiones a la teoría de Eistein. Desafortunadamente la idea
de Kaluza fue desechada al no contar con apoyo experimental.
Posteriormente, con el descubrimiento de nuevas fuerzas fundamentales
(las interacciones Fuerte y débil), se supuso que el error de
Kaluza fue ser muy tímido al agregar dimensiones; considerando,
con el nuevo conocimiento, que más fuerzas implican más
dimensiones. Sin embargo no se pudo comprobar experimentalmente esta
afirmación.
A finales de los años sesenta casi por error los físicos
se topan con la Teoría de Supercuerdas, que aparenta ser la solución
a los problemas entre la Relatividad y la Cuántica. Dicha teoría
parte de la idea de que todas las partículas fundamentales están
formadas por pequeñísimas cuerdas vibrantes, con cuya
frecuencia de vibración se determinan las propiedades de las
mencionadas partículas elementales. A pesar de tener muchos huecos
matemáticos, la teoría de cuerdas resuelve satisfactoriamente
muchos conflictos de la física.
Esta teoría cuenta con muchos detractores, ya que el tamaño
predicho para las cuerdas es de la mil millonésima parte del
núcleo atómico y, por tanto, no se ha podido comprobar
la existencia de éstas. Por su parte los que respaldan la Teoría
de Cuerdas afirman que resuelve satisfactoriamente muchos problemas
de la física actual y, por supuesto, que tampoco se ha comprobado
que no existan.
Los investigadores se toparon con un problema, al involucrarla en la
Mecánica Cuántica la teoría arrojaba resultados
con probabilidades negativas, cosa impensable. Las probabilidades siempre
se manejan con valores entre 0 y 1, que serían equivalentes a
los porcentajes que van de 0 al 100 %. Este problema fue resuelto satisfactoriamente,
peor ahora la teoría de cuerdas impone una conclusión
que nos recuerda a Kaluza: el Universo debe tener 10 dimensiones espaciales.
Bueno, si existen tantas dimensiones; ¿Por qué sólo
percibimos tres?
Lo que pasa es que las otras 7 estarían escondidas en tamaños
del orden del de las supercuerdas; así que resulta muy difícil
llegar a observarlas. Se cree que originalmente todas las dimensiones
eran del mismo tamaño infinitesimal, antes del Big Bang, peor
que con la expansión tres de ellas fueron creciendo hasta su
colosal dimensión actual, mientras que las otras mantuvieron
su tamaño.
La función principal que tendrían estas dimensiones sería
determinar, junto con las cuerdas, las propiedades de partículas
fundamentales, como los quarks, electrones, neutrinos, gravitones, etc.
Muchos físicos consideran que estamos entrando a una revolución
científica, comparable a la cuántica-relativista del siglo
pasado, que a través de las Supercuerdas y las Dimensiones extra
nos llevará a un mejor entendimiento de nuestro Universo.
¿Cómo se ve un espacio de 10 dimensiones?
Las dimensiones espaciales extra no se pueden acomodar de cualquier
modo, las ecuaciones que surgen de la teoría lo restringen. A
las formas que pueden tomar se les conoce como espacios Calabi-Yau,
en honor a los científicos que sentaron las bases para establecerlos
( Eugeio Calabi y Shing-Tung Yau ). |